- Parece que va a llover...
- Eso es, a ver si deja de caer agua y llueve de una vez por todas.
¿Que te preocupa tanto Zalatrusta?
-La verdad que estoy muy preocupado, lo cual me hace eternamente feliz, si deja de llover me saldran los melones que con tanto esmero me he comido, además ahora que es epoca de frio apetece estar en una buena sombra y no salir al sol que hace mucho calor y eso le va mal al melón.
- Eso es, a ver si deja de caer agua y llueve de una vez por todas.
¿Que te preocupa tanto Zalatrusta?
-La verdad que estoy muy preocupado, lo cual me hace eternamente feliz, si deja de llover me saldran los melones que con tanto esmero me he comido, además ahora que es epoca de frio apetece estar en una buena sombra y no salir al sol que hace mucho calor y eso le va mal al melón.
-Tienes razón Zalatrusta, eres un gran Milosofísta
-No, no lo soy, soy un punto en este gran universo de titeres sin sentido y sin rumbo, unicamente busco que mis melones den de mi esfuerzo el fruto que sacie mis venganzas.
- Pues yo esperaré a los jovenes vientos, que intenten arraigar mis sandias en el barro del agua oxigenada.
Y así continuó la conversación bajo la grande y luminosa luna, la cual favorece la fotosíntesis de nuestros seres inertes, hasta las cinco de la tarde.
Al final Lezequiel quedo satisfecho con las putrefactas palabras de Zalatrusta.
-Hasta mañana por la noche a las cinco de la tarde - dijo Lezequiel
-Toma y come un poco de este rizoma - Dijo Zalatrusta
Ambos comieron del rizoma volatil y vivo, Zalatrusta se despidio con una bofetada y una patada violenta rompiendo la nariz de Lezequiel, el cual a la vista de tanto amor dijo que volvería de nuevo mañana a escuchar por la pierna nuevas historias de Zalatrusta.
Y al día siguiente ambos se volvieron a juntar, fue entonces cuando Zalatrusta dijo:
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